Lucena es un municipio español de la provincia de Córdoba, Andalucía. Según el Instituto de Estadística de Andalucía en 2010 contaba con 42.308 habitantes. Su extensión superficial es de 351 km2 y tiene una densidad de 118,79 hab/km2. Sus coordenadas geográficas son 37º 24' N, 4º 29' O. Se encuentra situada a una altitud de 487 metros y a 67 kilómetros de la capital de provincia, Córdoba.
Es la principal población en términos demográficos y económicos de la provincia, tras la capital. Está situada en un importante nudo de comunicaciones de carreteras, en el centro geográfico de Andalucía. También esta localidad da su nombre a una provincia y ciudad del archipiélago de Filipinas, fundada en 1571 por el capitán Juan Salcedo, y uno de cuyos barrios se llamó Lucena por el padre franciscano Mariano Granja, dando posteriormente nombre a toda la ciudad.
Geografía
El término se emplaza al sur de la provincia de Córdoba, en una posición estratégica entre las comarcas de la Subbética, la Campiña Sur y el curso medio del Genil. Cuenta con las pedanías de Jauja (1080 hab) y Las Navas del Selpillar (967 hab), aunque también existen algunos núcleos de población diseminados como Campo de Aras, Las Erillas, La Tajea y El Cristo Marroquí en los que vive muy poca población censada en Lucena.
Demografía
Número de habitantes en los últimos diez años.
Evolución demográfica
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2011
37.016
37.669
38.598
39.259
39.783
40.143
40.146
42.225
42.248
42.560
Historia
17 de marzo del año 45 a. C. Como todas las ciudades de su entorno, se ve envuelta en la Segunda Guerra Civil de la República de Roma entre Julio César y los pompeyanos, con la última batalla, la de Munda, en sus cercanías.
El papel de cruce de caminos desempeñado por la ciudad, conocida como Ciudad de las Tres Culturas (judía, musulmana y cristiana) o como Perla de Sefarad por los judíos de la Edad Media, ha favorecido la ocupación humana de estas tierras desde épocas que se remontan al Paleolítico Inferior y Medio.
Su papel en la primera época musulmana es importantísimo por ser núcleo principal de la población judía en Al-Ándalus. De hecho, Lucena estuvo habitada exclusivamente por judíos entre los siglos IX y XII y su contribución a la cultura ha sido primordial. Estuvo en ella una importante escuela universitaria judía, muchos de cuyos sabios viajarían más tarde a Toledo a fundar la Escuela de traductores. De la época judía queda un elenco de pequeñas y estrechas calles en el centro de la localidad, alrededor de la antigua sinagoga, llamada la Judería (siglos IX al XI).
Hacia 1124 el rey Alfonso I de Aragón el Batallador conociendo la insatisfacción de la numerosa población cristiano-mozárabe en territorio musulmán, ante el aumento del fanatismo religioso de la nueva corriente religiosa norteafricana almorávide, se interna en Andalucía, recorre Alcalá la Real, Luque, Baena, Ecija, Cabra y Lucena donde vence a Abu Bakr, hijo del emir Ali ibn Yusuf en Arnisol, Arinzol o Aranzuel, según las fuentes, actual Anzul (hoy del municipio de Puente Genil), el 10 de marzo de 1126 . Acompañado de numerosos cristiano-mozárabes liberados, puede que entre ellos algunos lucentinos, regresa al reino de Aragón donde se asientan. Los mozárabes de al-Andalus que no huyeron a Aragón, en represalia, serían castigados duramente y en su mayor parte deportados a Marruecos.
En 1148 la “Ciudad de los Judíos” fue invadida y arrasada por los almohades ante la negativa de aquellos de convertirse al Islam. Los supervivientes se dirigieron hacia el norte encontrando en Toledo la tolerancia necesaria para erigir otra comunidad donde la cultura judía pudo desarrollarse en gran manera.
El poeta judío Abraham ben Meir ibn Ezra cantó en estas lamentaciones o qinoth, la terrible ruina de Lucena y la destrucción de las aljamas judías andalusíes provocada por los almohades:
"Mis ojos...lloran...por la ciudad de Lucena...Cómo quedó abandonada Córdoba...No queda un solo judío ni en Jaén ni en Almería. Tampoco queda vida (judía) en Mallorca ni en Málaga. Los residuos judíos son duramente abatidos..."
“El llanto de mis ojos, como llanto de avestruz, es por la ciudad de Eliossana; libre de tachas, aparte allí moró la cautiva comunidad, sin cesar hasta cumplir la fecha de mil setenta años; pero vino su día, huyó de su gente y ella quedó como viuda, huérfana de Ley, sin Escritura, sellada la Mishná, el Talmud estéril se tornó y todo su esplendor perdió...”
Luego de ser una ciudad judía y posteriormente islámica, Lucena fue ganada a la cristiandad por Fernando III de Castilla en 1240, quien la donó al obispo y al cabildo de la catedral de Córdoba, quienes a su vez, la permutaron, en 1342 a doña Leonor de Guzmán, amante de Alfonso XI, por otros bienes rústicos e inmuebles en Córdoba.
Tras la guerra civil, en 1371, el primer Trastámara, Enrique II, la entregó en señorío a Juan Martínez de Argote, de quien pasará a su hija María Alfonso de Argote que, al contraer matrimonio con Martín Fernández de Córdoba, vinculó Lucena a los de este apellido en su rama de los Alcaides de los Donceles, permaneciendo invariablemente como avanzada castellana en la frontera de Granada hasta 1492.
En 1483, Diego III Fernández de Córdoba, derrotó y apresó al último rey de Granada Boabdil (que fue encerrado durante algún tiempo en la Torre del Castillo del Moral) en la batalla de Lucena.
La Junta de Gobierno de Lucena en la Guerra de la Independencia Española contra Napoleón tuvo un destacado protagonismo.
A partir de la época democrática, Lucena comienza un rápido crecimiento económico convirtiéndose hoy en uno de los principales centros industriales de Andalucía. Sin perder su industria del sector primario (Lucena es la segunda productora de aceituna a nivel mundial tras la ciudad jienense de Martos, además de ser un importante centro vinícola de la Denominación de Origen de Montilla-Moriles), Lucena es hoy la segunda productora de muebles del país tras Valencia y la primera productora de fróo industrial (80% de la producción nacional), entre otras industrias. (citar fuente)..